Conoce la historia del Gimnasio Victoria

Todo empezó en el verano de 1981 cuando mi hermano, 4 años mayor que yo, trajo una revista a casa, la revista se llamaba “The muscle”, edición española de lo que en Estados Unidos se denominaba Muscle & Fitness. Era una revista de culturismo puro, pues en aquella época, era lo que se hacía en los gimnasios, eso o artes marciales. Aquella revista, aún me acuerdo como si fuera hoy, traía en su portada a Bertil Fox, el culturista más musculado de la época. Su físico era tan impresionante que yo solo pensaba en ser como él, así que insistí para que mi madre me apuntara a un gimnasio, pero tuve que esperar 2 años puesto que tan solo tenía 11. Esos 2 años pasaron y la última semana de agosto de 1983 cogí la primera pesa en un gimnasio profesional, yo tenía aún 13 años y el gimnasio se llamaba Club de oro. Gimnasio que hoy en día sigue abierto después de 30 años.

“Yo estaba muy motivado, y cuando estoy motivado con algo, no hay nada que me pueda parar, pues mi único secreto es éste, combinado con un objetivo y con la certeza de que al fin lo conseguiré.”

Esa certeza de que lo conseguiré , fue la que me llevó con solo 15 años a ser 3º en un campeonato local en la categoría reina y a conseguir unos meses más tarde ser campeón de la zona norte con sólo esta edad, el año siguiente quedé 3º en un nacional y 3 años después a conseguir ser campeón de la zona norte, campeón de España y 3º del mundo junior ( Categoría destinada a los menores de 21 años) IFBB (International Federation of Body Building) la federación mundial más importante de este deporte. Deporte que me decepcionó totalmente, pues aunque sabía que había mucho doping, no creí que estuviera tan extendido hasta que no lo vi desde dentro, no solamente tenía que competir contra los que se dopaban sino que tenía que convencer al mundillo que me rodeaba de que yo no lo hacía, ya que tenía un desarrollo para aquella época que no era lo corriente y mucho menos sin doping, así que a la vuelta del mundial lo pensé, creo que no me hizo falta pensarlo demasiado y dejé la competición totalmente. Busqué algo que no tuviera que demostrar nada a nadie y que no tuviera competición y encontré el Yoga, pues ya me atraía desde hacía tiempo. No me sentía bien teniendo que comer tanta carne para mi vida como culturista, me parecía demasiado egocentrismo sacrificar más animales para yo estar más fuerte, en fin que cambie de rumbo completamente.

Por esta época mi mujer Victoria y yo ya teníamos un gimnasio, llevábamos con él ya 2 años. Lo habíamos abierto en noviembre de 1987 después de haber estado trabajando en otros tres centros anteriormente, decidimos con el ánimo y la ayuda económica del padre de Victoria, abrir nuestro propio gimnasio que llamamos “ Victoria” en honor a mi mujer y a su padre pues sin ellos nunca hubiera sido posible.

“Los comienzos con la empresa fueron muy duros teníamos 18 años y no estábamos formados en gestión, tan solo teníamos conocimientos en el ámbito deportivo, a parte que a finales de los ochenta también existía una crisis económica y se habían abierto 3 gimnasios más en la ciudad, mejor situados geográficamente que nosotros, aunque no tan bien equipados.”

Rápidamente fui consciente de que el gimnasio era una empresa y como tal estaba sujeta a las leyes de las empresas, había que ser competitivos, había que diferenciarse y había que innovar, y yo personalmente no era un buen gestor ni sigo siéndolo, pero en lo que si era bueno era en la competitividad, era y sigo siendo muy muy competitivo, siempre quiero ganar en lo que hago, siempre, además también me gusta diferenciarme, nunca he sido de los que les gusta ser como los demás aunque esté equivocado, prefiero confundirme y volver a probar otra cosa que seguir a la manada y por supuesto tampoco me ha gustado nunca el aburrimiento siempre he buscado salir de las rutinas en general. Todo esto llevado a la empresa es lo que desde el principio me hizo empezar a destacar, pues aunque solo fuera cambiar las máquinas de sitio lo hacía constantemente, luego empecé a darle vueltas a la instalación y descubrí que tenía más espacio del que parecía, simplemente estaba ocupado en algo que no me era rentable o no se estaba utilizando todo lo que se debiera, así que empecé a hacer obras para sacarle más provecho al local y poder realizar nuevas actividades. Lo primero que hice fue una sala colectiva no contábamos con ella cuando empezamos y la saque de la zona de Sauna y Rayos Uva y de una oficina demasiado grande. Luego vino otra ampliación a un local de al lado para hacer la sala colectiva más grande. Unos años después compré una oficina en el mismo inmueble para aventurarme con otras actividades no relacionadas con los gimnasios como era el Yoga y el Tai -Chi, fue todo un éxito pues nadie de la competencia lo hacía.

Tras 12 años con la misma instalación me di cuenta de que necesitaba un cambio de verdad, de que teníamos que crecer, hacer una instalación lo más parecida a lo que había en las grandes ciudades, con más espacio y con más comodidades además, de un diseño más moderno. Esto me llevó a tomar la mayor decisión que hasta la fecha había tomado y era la compra de 3 oficinas colindantes para anexionarlas al centro que ya teníamos con una compleja obra de rotura de forjados y de creación de los accesos para que estos no se comieran el local, además de una perfecta insonorización por la proximidad de las viviendas. Tampoco lo pensé demasiado pues si lo llego a hacer hoy no estaría aquí, todo el dinero lo tenía que pedir prestado, pues no tenía ahorrado más que una cuarta parte de lo que costaría la obra no digo ya lo que me costaría la compra de los 3 inmuebles, pero al final lo hice y esa decisión fue la que me llevó durante unos años a ser el mejor gimnasio de la ciudad y a despegar definitivamente de la competencia.

“Tras este periodo, dos años después, ampliamos el centro de yoga y tai chi con la compra de otro inmueble anexo a este y del mismo tamaño.”

Transcurrido una año de esta inversión fue cuando apareció en León el primer gimnasio municipal de gestión privada, un gol por parte del Ayuntamiento a las empresas privadas del sector y en especial a nosotros , al gimnasio Victoria puesto que éramos los que más cerca estábamos geográficamente y los que más clientes teníamos de su zona de influencia, así que fue una gran faena, perdimos muchísimos socios y fue el momento más duro que hasta la fecha había pasado al frente de la empresa, en algún momento pensamos que nos echaría a la ruina, pero luego nuestro afán de superación y de aguante nos hizo ir hacia delante y optamos por hacer lo contrario de lo que algunos “expertos” nos recomendaban como quitar alguna clase y recortar gastos, no solamente no quitamos clases sino que creamos alguna más, también cambiamos todas las máquinas del gimnasio además de embarcarnos en la compra de otro nuevo local cercano y su adecuación para la práctica del Pilates, de esta manera volvimos a estar de moda, pues era el único gimnasio que disponía de un centro de Pilates.

“Tres años más y abrimos otro centro de Pilates en una población del alfoz de León, algo que también nos dio publicidad y empuje.”

Y la gran decisión, la mayor de todas, el reto más grande, ha sido la creación de Victoria Sports Club & Spa. Crearlo cuando los tiempos económicos que corrían te decían que no, cuando la mayor crisis económica de la Historia de este país estaba en su pleno apogeo, cuando todo el mundo te decía no, no, no y no y estás loco. Pero lo hicimos y lo hicimos bien pues buscamos la mejor ubicación. Esta ubicación tenía que mantener nuestra zona de influencia para no perder nuestros clientes actuales, tenía que separarse de la competencia, pues habíamos aguantado la embestida de un grande pero ahora venía otro y más cerca aún y por si fuera poco, mucho más barato, así que teníamos que salir de allí. Pero no podíamos alejarnos demasiado. Teníamos que irnos al centro y orientarnos hacia otro tipo de negocio del que ya estábamos saturados en León que eran municipales y baratos, la decisión no fue fácil, pero encontramos el sitio, estaba muy céntrico, tenía los metros que buscábamos, además con un gran extra incorporado, una gran terraza con posibilidad de utilización, también tenía parking y estaba en nuestra zona de influencia, más separado de la principal competencia y en el centro de la Ciudad, que más se podía pedir. Hicimos el mejor gimnasio que sabíamos hacer y eso nos ha dado resultado y reconocimiento a la vez que esperanza y un negocio de futuro.

“Lo que me ha ayudado a mantener esta empresa durante 26 años es la creencia en mi mismo, en mi intuición, es el escuchar a todos pero solo a mi intuición en las decisiones importantes y el no tirar la toalla nunca a pesar de los muchos momentos difíciles.””

Me gustaría abrir más centros Victoria, entre otras cosas porque los iría mejorando y es una forma de superación personal y profesional, posiblemente lo haga, pero tampoco es mi prioridad absoluta, haré lo que la vida me permita hacer y hasta donde pueda llegar. Llegaré pero sin carreras ni estress, creo que cada vez que he conseguido algo ha tenido su recompensa pero también me ha pasado factura, lo que ganas por un lado lo pierdes por el otro, es simplemente una forma de compensación natural así que ya veremos……

La situación del mundo del fitness está en continuo cambio, como casi todo lo demás, cabría destacar la incorporación al mercado en los últimos 2 años de los llamados Low Cost (gimnasio de bajo coste), desde luego no comparto su filosofía para nada, creo que no aportan nada nuevo a este sector además de infravalorar el trabajo de todos los profesionales que trabajan en este campo, así como de bombardear a la competencia con una política desleal hacia ellos.

ÓSCAR FERNÁNDEZ
Campeon de culturismo
Gerente de Victoria Sports Club & Spa